jueves, 21 de abril de 2016

Asmita, Pramila y Urmila. Historias con final feliz

Pramila y Urmila
Una historia con final feliz

Hace unos días que Bhim y Kumar, personal local de Educanepal que ayuda a José, cuando venían de vuelta de una aldea, se encontraron en un autobús a dos niñas, Pramila y Urmila, de 10 y 13 años de edad. Le preguntaron a las niñas a donde iban y estas contestaron que iban a Kathmandu para trabajar en una fábrica de alfombras. Les acompañaba una chica mayor de 19 años, Nirmala.
Ante esta situación Bhim y Kumar decidieron contactar a la policía, pues era un claro ejemplo de tráfico de niñas para su explotación laboral.
En las fábricas emplean a niñas pequeñas que trabajan de 5 de la mañana a 8 de la noche y apenas le dan un salario que no supera los 30 euros mensuales.
Educanepal vigila que estas niñas continúan con sus familias y van al colegio, así podrán cambiar su presente y su futuro

                                                                                        Jesús Bahos Torres 4ºD y Adrián Román 5ºB

Hace unos días que llegó Asmita, de siete años, a la casa de acogida de José.
De pequeña sus padres vivían cerca de Pokhara y trabajaban haciendo alfombras. Un día su padre tuvo un sueño en el cual debía trasladarse al este de Nepal para visitar un emplo, así que cogieron todas sus pertenecías y emigraron a Udaypur. Luego tuvo otro sueño en el que debía suicidarse, y así lo hizo, dejando a dos hija y su mujer. Así es el mundo de las supersticiones y las creencias en Nepal.
La madre de Asmita no encajó bien la muerte de su marido y comenzó con trastornos mentales, hasta el punto de no poder cuidar de su hija y dejarlas al cuidado de vecinos que veían en peligro la vida de la niña. Hace un mes José se enteró del caso, hizo el proceso de investigación, papeleo y la trajo a su residencia.
Niñas como Asmita son carne de cañón para las mafias, que buscan allí donde la gente es más vulnerable debido a la pobreza en la que viven. Pero afortunadamente para ella, está en casa, ya matriculada en primero de primaria y aprendiendo en ratos libres a cultivar verduras, a bailar, a convivir, a ser feliz.
                                                                                                                        Estela García García 5ºB

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